¿Alguna vez te ha pasado esto? Lanzas una promoción con toda la ilusión, se apuntan varios alumnos… pero al final del mes, cuando haces cuentas, te das cuenta de que has ganado menos que si no hubieras hecho nada.
Muchos dueños de dojos creen que hacer promociones y ofertas es la forma más rápida de captar alumnos, pero si no lo haces bien, puede convertirse en un boquete financiero. O peor aún: en una costumbre que devalúa tu enseñanza.
Hoy vas a aprender cómo usar promociones y ofertas de forma estratégica, para captar más alumnos sin perder dinero y, lo más importante, sin perder el respeto por lo que ofreces.
El error más común: hacer descuentos sin estrategia
Poner un cartel que diga “50% de descuento” puede llamar la atención, sí. Pero también manda un mensaje peligroso: que tu dojo no vale lo que cuesta.
Los descuentos mal usados pueden:
- Atraen a gente que solo busca lo más barato.
- Reducen tus márgenes sin garantía de fidelización.
- Te obligan a competir por precio, no por valor.
Entonces, ¿cómo haces promociones efectivas sin acabar regalando tu trabajo?
La clave está en el enfoque: ofrece valor, no solo rebajas
El problema no son las promociones. El problema es cómo las planteas.
Una promoción inteligente no es la que te deja sin ingresos, sino la que consigue que alguien pruebe tu dojo, se quede y pague con gusto el precio completo después.
Veamos cómo hacerlo paso a paso.
Tipos de promociones que sí funcionan en un dojo
Prueba gratuita con condiciones claras
Ofrece una clase gratuita, pero con estructura:
- Requiere inscripción previa (online o presencial).
- Asegúrate de que vivan la experiencia completa del dojo.
- Usa la clase para conectar, no solo para mostrar técnica.
Al final, entrega una hoja con precios, horarios y un mensaje claro: “Si te ha gustado, empieza hoy con este beneficio…”
Promociones de tiempo limitado
Ejemplo: “Matrícula gratis solo esta semana” o “3 clases por $20 durante 7 días”.
Importante: limita el tiempo y la disponibilidad. El sentido de urgencia funciona muy bien si no lo usas todo el tiempo.
Promoción “Trae a un amigo”
Ofrece un beneficio a ambos:
- Si el amigo se apunta → una clase privada gratis, una camiseta, o un descuento en la siguiente mensualidad.
- No regales meses completos, mejor algo que no afecte directamente tus ingresos fijos.
Bonos especiales para fechas clave
Durante el año hay fechas clave, especiales para lanzar promociones:
- Inicio de curso (septiembre o enero).
- Día del niño o del padre.
- Tu aniversario de dojo.
- Halloween.
Ejemplo: “Solo esta semana, inscripción al 50% y camiseta de regalo por nuestro aniversario”.
Cómo evitar que tus promociones se conviertan en una trampa
1. Calcula bien tus márgenes
Antes de lanzar cualquier oferta, pregúntate:
¿Cuánto me cuesta realmente cada alumno?
Incluye alquiler, seguros, equipo, tu tiempo… y asegúrate de que incluso con la promoción, no pierdas dinero.
No hagas promociones a lo loco.
2. Limita la duración y la frecuencia
Una promoción constante deja de ser promoción.
Haz que cada oferta sea única, limitada y especial. Eso genera atención y urgencia.
3. Segmenta bien a quién se la ofreces
No lances las mismas ofertas a todos. Puedes:
- Crear promociones solo para nuevos alumnos.
- Usar precios especiales para antiguos alumnos que quieran volver.
- Premiar la fidelidad de quienes llevan tiempo contigo.
4. No promociones por necesidad, sino por estrategia
Si haces ofertas porque te faltan alumnos, se nota. Hazlo porque es parte de tu plan de captación, con objetivos claros: llenar una clase nueva, probar una modalidad, o dinamizar una fecha concreta.
¿Y si en vez de descuentos, regalas valor?
Un truco que funciona mejor que cualquier descuento: dar más en vez de cobrar menos.
En lugar de bajar el precio, ofrece algo extra:
- Una clase privada con el sensei.
- Un PDF con técnicas básicas.
- Acceso a un grupo privado de alumnos.
- Una camiseta exclusiva de bienvenida.
Esto aumenta la percepción de valor y te posiciona como alguien generoso, no desesperado. Y lo más importante, hace crecer tu marca, tu Dojo.
Lo más importante: mide resultados
Cada vez que hagas una promoción, mide:
- ¿Cuántas personas la vieron?
- ¿Cuántos se apuntaron?
- ¿Cuántos se quedaron después del primer mes?
Lo que no se mide, no se puede mejorar. Y el marketing no se basa en suposiciones, sino en números reales.
Promociones y ofertas sí, pero con cabeza
Las promociones y ofertas no son el problema. El problema es hacerlas sin estrategia, sin límites y sin saber cuánto te están costando.
Cuando entiendes que el objetivo no es regalar, sino atraer con inteligencia, entonces empiezas a usarlas como una herramienta poderosa para captar más alumnos, sin perder dinero.
Y cuando veas que cada promoción te deja más alumnos estables… entenderás que no necesitas hacer descuentos para llenar tu dojo.